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Junto a la Fundación Impulso Docente, estamos trabajando con el Colegio Pablo Neruda de Parral para ayudar al equipo directivo a diseñar e implementar un sistema de observación y acompañamiento docente efectivo. Además, trabajamos con todos los docentes del colegio para incorporar la práctica (en espacios protegidos), como principio central de la retroalimentación docente.
El colegio depende de la Municipalidad de Parral y cuenta con 935 alumnos y 56 profesores. El índice de vulnerabilidad de los estudiantes que educan es muy alto: 91,5% en básica y 90,3% en media.
En primer lugar, capacitamos a todos los profesores del colegio en una jornada de 12 horas en las vacaciones de invierno en estrategias concretas para generar ambientes de aprendizaje en la sala de clases. Luego, hicimos un diagnóstico cualitativo y cuantitativo en el colegio en el que los estudiantes plantean, a través de la encuesta TRIPOD, que el comportamiento de sus compañeros en las clases es un problema. Los cuatro miembros del equipo directivo también asisten a un taller de observación y retroalimentación para poder acompañar a sus profesores de una manera frecuente y con foco.
El eje del programa es la práctica. El equipo directivo modela cómo se imagina un momento de su clase ejemplar o usa videos para mostrarle al profesor. Luego, el profesor se pone de pie y hace las rondas de práctica necesarias hasta lograr el resultado deseado. Los docentes se sienten acompañados, sobre todo en este contexto más vulnerable, y ven cómo el equipo directivo se compromete con su desarrollo. Las retroalimentaciones semanales recibidas tienen un área de mejora bien demarcada y eso les permite crecer semana tras semana.
El programa intensivo finaliza en diciembre y esperamos que el equipo directivo sea quien lidere el proceso el próximo año, acompañados por nosotros de una manera más sutil.
